La nueva película de la actriz Blake Lively que es una adaptación de la novela escrita por Colleen Hoover, se ha convertido en un éxito instantáneo en las salas de cine a nivel mundial. La trama sigue a Lily Bloom (interpretada por Lively), una mujer que supera una infancia difícil para comenzar una nueva etapa en Boston y realizar su sueño de tener su propio negocio. Su vida da un giro cuando conoce al atractivo neurocirujano Ryle Kincaid (Justin Baldoni), con quien establece una profunda conexión emocional. Sin embargo, a medida que su amor por Ryle crece, Lily empieza a notar que ciertos aspectos de su relación le recuerdan a la problemática relación de sus padres. Cuando Atlas Corrigan (Brandon Sklenar), su primer amor, regresa inesperadamente, la relación con Ryle se complica, y Lily se enfrenta a la necesidad de confiar en sí misma para tomar una decisión crucial sobre su futuro.
Consigue abarcar y adaptar fielmente su historia a la gran pantalla, gracias a modestas actuaciones que se acoplan adecuadamente, dándole un notable espacio a la reflexión sobre estar inmerso en las relaciones indeseables, lo que callan las parejas en público y la “normalización” de actitudes de violencia doméstica. En su apartado técnico, el cineasta Justin Baldoni se limitó a dirigir una película acorde a los estándares de una película sobre drama y romance casi convencional, como muchas películas que se estrenan a día de hoy en plataformas de streaming. La película se sostiene gracias a una sólida interpretación de Blake Lively en el papel
protagónico, atribuyéndose códigos y simbologías de un relato sentimental y realmente doloroso, lo que permite que el espectador tenga empatía con su protagonista.
«Romper el círculo» (2024) es un melodrama lo suficientemente encantador que gustará a los fans acérrimos de la novela o a los amantes de los dramas intensos y apasionados sobre el dolor de estar dentro de un romance no deseado. Pese a ser una película que en sí se ajusta a grandes rasgos a un film hollywoodense, logra desprenderse en última instancia de los clichés propios de películas con finales de fantasía o lo suficientemente irreales para hacerle frente a todo lo que abarca la trama de esta cinta.
Artículo escrito por Felipe Rives, estudiante de Periodismo.